Callate o te mato zorra!
Ella era de tez blanca, como la nieve, totalmente inmaculada, su belleza era algo extraña pero extraordinaria, muy bella, aunque no lo crean podría ser perfecta, la mejor de todo el mundo a excepción de un problema, su voz.
En el cuarto de pilas empezaron a platicar y el notó que no iba a ser posible la convivencia, como tampoco lo fue con las otras, sin embargo no tomó ninguna determinación en ese momento. Ella tenía solo algunos días de haberse mudado a la casa de él y desde el mismo momento que llegó empezó a hablar y no paró ni un solo momento hasta el día que todo terminó.
De alguna forma a él le gustaba que ella estuviera ahí, pero el solo hecho de pensar en su voz lo tuvo con insomnio varias noches hasta el día que tomó la fatal decisión, y ese día se levantó temprano.
Atisbó que ella estaba sola en el cuarto de pilas, fue al patio, tomo fuertemente un machete que ahí estaba y caminó directo hacía donde ella estaba, le dijo con una voz que parecía un trueno: – cállate o te mato, sos una hija de puta!-, ella se rió burlescamente de él, fueron carcajadas, como si él fuera un imbécil, y él le volvió a repetir con una voz llena de furia, puesto que su risa era algo que él no soportaba, le dijo nuevamente: – cállate o te mato hija de puta!-, ella ni se inmutó con lo que él le decía, continuó riéndose y su risa era estridente.
Él se intentó calmar como para no hacer lo que no quería, le dijo finalmente: – cállate o te mato zorra- y eso fue como hablar con el aire, ella no paró con sus carcajadas, finalmente él sujetó el machete fuertemente, tomó impulso y varias veces se lo clavó en la panza, con violencia le hizo varias agujeros que no chorreaban sangre y esto le daba más furia, con lo que le dio más machetazos hasta que ella se cayó, no se rió más y ahí se quedó estática, inmóvil, inerte.
Por fin él quedó en paz, tranquilo. Después de verla ahí muerta, se fue caminando directo a la sala a tomar el celular, y llamó a la casa de su mamá, le dijo: – Cómo estás?, Qué vas a hacer hoy?, necesito que me acompañes a comprar una lavadora nueva, la que compré la semana pasada está llena de huecos–.
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Psdt. esta es una historia real narrada mi compañero
Crimen y a mi.