septiembre 26, 2020

La Cámara de la Transformación

Habla amigo Mazo - le dije un día- y él habló.

Estuve en los Campos Eliseos, me lave el rostro en agua cristalina y pura, vi el frío y el calor intenso, estuve cerca de Dios y lejos de él, me ensucié las manos y me las lave, tuve hambre y vi la opulencia, estuve muy solo y otros días estuve con muchas gentes, hice silencios y también hablé en otras lenguas, muchos caminos recorrí para estar aquí, a las puertas de esta triste y rancia habitación.

Una bestia de dos cabezas, lenguas largas y negras salen de su boca donde nacen sus dientes torcidos como púas venenosas, grandes cuernos sobresalen de sus cabezas, patas cortas solo para no arrastrarse, su piel obscura no se ve en la noche, sus ojos negros nunca duermen, tiene una cola gruesa de animal. Es una bestia.

La cámara de la transformación es un lugar frío donde la imperfección se vuelve una obra insuperable, que no tiene conciencia pero tiene un alma obscura que lo mueve, sus pensamientos se borraron por completo, y no tiene recuerdos, no sabe de donde vino ni reconoce su destino.

El camino de la cámara es largo y lento, se requieren muchas lunas para llegar a la puerta de salida, es frío y caliente, es doloroso y punzante, como el cáncer terminal, por que cada célula se tiene que transformar, no se puede salir, es una decisión sin regreso, su resultado es irreversible, el resultado es majestuoso.

- Mazo - Ahora soy La Bestia de Dos Cabezas








 

 
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