Desde hace algunas noches he
intentado escribir algunos versos, de lo que sea, pero lamentablemente parece
que mi inspiración o tan solo las palabras decidieron irse de mí, y la verdad
es que se fueron y parece que no volverán, que triste realidad.
Al día de hoy son 500 noches de
insomnio y con ello 500 noches sin poder escribir…la vida de un poeta son sus
palabras, las que puede ordenar para que transmitir un algo, para alguien, para
algunas personas o solo para sí mismo, para tener recuerdos, memorias de vida,
algo que merezca la pena de ser escrito para recordarse.
Dichosamente nunca me jacté de
poeta, hoy sin palabras, soy menos que nada, como un árbol sin ramas, o un
cielo sin nubes. Y lo más triste de esto es que sin poder escribir nada, parece
que la vida se ha sido, y con ello parece que no se ha vivido, como si no se
hubiera sufrido o disfrutado, como si la vida hubiera pasado en un momento
estático y plano.
Doy la vuelta atrás y observo
como pasaron los años y de ello tengo que algunos recuerdos, algunos buenos,
otros mejores, y no podría olvidar los malos. Pero al verme sentado hoy acá,
tratando de escribir, siento que todos esos recuerdos son nada, son como
sensaciones que deseo olvidar y que por ello no tengo el ánimo para escribir
sobre mis sensaciones, mi vida se ha ido y no la he sentido, como un ser
inerte.
La vorágine de situaciones en
estos años son tan flácidas que no quieren que se escriban, que melancolía me
da el tiempo, perdí mi tiempo y lo peor de esto, es saber, que como el tiempo
es tiempo, no volverá, y lo que sucedió ya no puede revivirse si no es en
recuerdos, pero si no se puede escribir, nunca más revivirá ni siquiera como un
melancólico recuerdo.
Solo para no extender más esta deprimente
confesión, resta decir, que espero que las 500 noches que me quedan, al menos
pueda dormir.