Tanto como añorar una de las mañanas,
cual despierto durmiente en cama vacía
No quedó el cabello, se fue la flor amada.
Para no dejar los minutos al alma pérdida,
camina sola la petición desierta del idiota,
Hoy la flor sobre otra montaña se remoza;
El idiota ya no la ve; está allá en la lejanía.