abril 25, 2008

La Triste Historia de María Fernanda



La noche del jueves tuve insomnio, recordé la historia de Maria Fernanda, una de las leyendas del barrio.

La verídica y miserable historia de una vida.

Nació en la parte sur de la cuidad, reconocida ampliamente por su carácter de “Down Town”, toda su vida vivió ahí, en un barrio cuyo nombre es la alusión a algún expresidente de la república. Su padre y madre procrearon varios hijos más, tanto dentro de ese matrimonio como de la forma bastarda.

Su vida no fue nada exuberante en términos económicos, pero tampoco paupérrima, fue una vida normal en ese sentido. Sus dificultades se encontraban en otras circunstancias.

Acerca de su familia se puede decir que era la típica familia de clase media baja, incrustada en la clásica costumbre paternalista de la cual no podían escapar, su padre el proveedor y su madre ama de casa de por vida, su padre un alcohólico bipolar, su madre sumisa, un escenario deprimente.

Durante su niñez y adolescencia siempre fue lo mismo, después de algunos tragos he incluso sin tomar, su padre cambiaba de carácter y agredía a su madre tanto psicológica como físicamente, a Maria Fernanda solo psicológicamente, tal vez por esta razón ella nunca logró tener buenos resultados en los estudios.

Durante la pubertad trato de encontrar refugio fuera de la casa, salir de ese paradigma de maltrato. Fue así como a sus dieciocho años tuvo su primera experiencia sexual, de la cual resulto su primer hijo, que tiempo después fallecería de neumonía, el padre fue una replica exacta del padre de ella, un alcohólico empedernido y además no le gustaba trabajar, lo que explica por que no pudo comprar las medicinas del difunto niño a tiempo.

Ella y su pseudo-esposo vivían en un pequeño cuarto que alquilaban en una pensión de mala muerte, donde las ratas se colaban por el piso y por la noche no los dejaban dormir, el cuarto no tenía divisiones y tampoco tenían comida, su segundo hijo nació con un retardo debido a la desnutrición severa que presentaba Maria Fernanda, siempre fue muy delgada.

Desde que tuvo su primer hijo y hasta los treinta años, cuando murió, pasó la mayoría de tiempo en cinta, eso explica por que nunca pudo trabajar, tenía que vivir de las miserias que su compañero conseguía cuando trabajaba como mesero del bar local.

Tuvo varios abortos, que poco a poco le limaron el espíritu, los hijos que sobrevivieron siempre presentaron cuadros graves de desnutrición y nunca pudieron ir a la escuela, por que ella jamás tuvo los medios para poder enviarlos y evidentemente su padre, el alcohólico, no tenía ningún afán.

Sus casi tres décadas de vida fueron una mala racha de vicisitudes, su padre alcohólico que lastimaba a su madre, su pareja inútil para mantener una familia, lograron que un día de Semana Santa ella se provocara un aborto para no traer otro miserable a su vida miserable, de suerte que ese fue su último aborto, por que ella también dejó esta vida.

En las historias de aquel barrio del sur de la capital siempre se cuenta este relato por que todavía se puede ver en las calles, el fruto de esa miserable vida. Los hijos de Maria Fernanda aún están en las calles del barrio comiendo mierda cuando pueden y otros días tan solo no comen.

 
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