Me
ensimisma tu mirada
Más
aún tu cabello,
De
sol, de pistilos
Inmemorial
tu sonrisa
Sé
que no me conoces,
Ni
yo sé nada de tus filias, tus pasiones
Pero
me gustan tus costas
Toda
tú, tus costillas
No
añoro grandes desafíos
Solo
contar con tu sigilo
O
tal vez tú lecho
Inmaculado,
como anillo
Que
complejo es el tiempo
Y su
compromiso, de maquina
Pero
no me ahoga el afán
Me entretienen
tus esquinas
Ahora
me dicen bandido
Descubrí
que sí, en tus montañas
Cuando robaba tú ombligo
Dulce,
como el durazno
Y si
te digo la verdad
Estos
versos no terminarían
Faltaría
vida, tiempo y letras
Para
escribir estos romances
Y quiero
que los guardes, cada uno
En el
cofre de tus deseos
Que
yo te guardo a ti
En cada
uno de mis versos
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