El Oráculo de mi vida - III

El Oráculo de mi vida - III

Los designios del pasado son tan extraños como claros, lo que parecía algo irracional ahora es algo con un sentido tan amplio como expreso, mi destino.

No soy quién, para juzgar el poder la mano invisible del tiempo, pero lo que si sé, es que su poder crea y destruye, en el mismo lugar, y por tanto puede ser tan bueno como malo, para cada uno, es decir, lo que ayer fue bueno hoy puede ser malo, y lo mismo en función inversa, la degeneración.

Hoy, aquí en mi lecho, ambiguo de pensamientos, estoy como al principio, pero sin algo, que ya me había acostumbrado a tener, y no es sea un animal de costumbres, es solo eso

El Oráculo de mi vida - II

El Oráculo de mi vida - II

Por alguna razón que hoy no aproximo entender, atrás ya mi oráculo había definido que yo estaría escribiendo cada una de estas palabras en este maldito post.

Lo dije unos días antes, no pretendo ser quien habla como quien sabe el por qué de lo que sucedió, es solo que tras volver a mi, mi recuento fatídico, me doy cuenta de que cada una de las señales del ayer quedaron impregnadas perennes en relatos que en un momento me causaban algunas interrogantes e inquietudes, hoy son bastante diáfanas esas imágenes.

En abril del 2009, ya había escrito mi destino, y no es extraña la forma, a través de un sueño se me reveló el presente, que tenebroso lo sentí en aquel momento, ahora ya duermo inerte.

Aquel sueño  ya tiene más de seis años, y lo transcribí de inmediato, hoy vuelve a mi como saeta voladora, oh...saeta suicida!, qué triste ha sido verlo condensarse!, pero la humanidad y sus degeneraciones no tienen limites, son tan infinitos como malvados, demasiado, como la estupidez.

Y no deseo gastar más su tiempo en esta inútil disertación, ya todos sabemos el resultado, solo me resta decir, que el oráculo de mi vida también resultó en años pasados, de un inmaculado sueño.

El Crucificado,
Más que nunca

El Oráculo de mi vida

El Oráculo de mi vida

Extraño, una palabra que me parece carente de sentido en este momento, de hecho me parece que no se ha inventando la palabra para expresar lo que siento en este momento, aunque suene ególatra o en extremo narcisista, en mi defensa puedo decir que solo quien esta en sus caminos sabe cuánto pesa su chaqueta, o como dicen los cristianos su cruz.

Nunca se termina de conocer a alguien, hasta que ese alguién se convierte en una imagen etérea, un recuerdo, y ahora su esencia se transforma en una posión maligna de venero inoculada en cada espacio de la memoria y el tiempo es un boticario que día a día y a sorbos hace que ese veneno cumpla su magnifica función.

La metamorfosis de una persona no tiene limites, incluso la inmensidad del mar parece finita, pero honestamente no vengo a escribir sobre eso, que ya de por si, toda la humanidad sabe de sus degeneraciones y aberraciones, no hay mucho que contar.

Lo que en realidad vengo a escribir hoy es que parece que hace algunos años usé anteojos para ver los mundos pequeños que me iban a girar en el presente, con aquel escrito que publiqué hace casi 6 años, y que hoy recuerdo, Federico se hizo realidad.

Federico lo escribí en un taciturno día de noviembre, pero hoy me parece incluso más oscura mi realidad en abril.

Todos los demonios de mi mente me parecen tan pueriles, extraña mi realidad, y por demás decadente mi historia, en fin, lo único que ahora puedo decir con certeza es que Federico es el oráculo de mi vida...

El crucificado, 
Más que nunca.