Las ausencias más largas son las que tienen probablemente historias más largas, sin embargo, al final no vale de nada tener una historia que contar, si la ausencia independientemente será la misma. Y lo que es peor, cuando no se tienen ni siquiera motivos para terminar con esa ausencia.
El cause de un río es muy difícil cambiarlo, es toda una aventura, a veces se emprende con un fin específico, y otras veces solo por capricho, en cualquiera de los dos casos es deseable que exista un objetivo, aunque sea el más básico, pero que haya uno.
Muchas veces se tienen expectativas, otras veces solo se espera la empatía del destino, y a pesar de todo, en muchas ocaciones no se tiene ninguna de las dos. Que desdicha la de algunos.
Con el pasar de los años cada uno descubre sus propios demonios, y también los del resto de la gente, que esos son más temibles. Y más indescriptibles e incontrolables.
Los propios demonios se pueden controlar, es más se aprende a vivir con ellos sin causar lesa a la humanidad, pero el resto de la gente parece que tiene problemas para sobrevivir a sus demonios. Seguramente todos pensamos así del resto y viceversa.
No quiero ser pretensioso, pero que difícil es darse cuenta que las personas no tienen los mismos ideales que uno. Es triste ver la degeneración de la humanidad.
El oráculo de mi vida lo he escrito con cierto desdén por la vida, y aquí sigo teniendo pruebas de ello. El tiempo es un abánico.
El Crucificado
Otra vez bajo tierra
octubre 15, 2017
El Oráculo de vida V
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