julio 01, 2009

"La Cerveza Cruda XII" De Las Ruinas de la Especie

Las Ruinas de la Especie
XII
La cerveza cruda

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Cuando solía ir al café donde servían cerveza cruda, su forma particular de tomar también era exacta y extravagante, igual que cada uno sus malditos hábitos, precisos y cuadrados. Solía beber en múltiplos de tres, es decir solo podía tomar siempre y cuando el número de jarras que ingiriera al dividirlo entre tres diera como resultado un número entero, exacto.

Dependía de la hora, si por ejemplo era por la tarde podía tomarse entre nueve y veintisiete jarras de cerveza cruda, todo de acuerdo a su estructuras costumbres, y las cantidades estaban determinadas dentro del intervalo, solo bebía las cantidades cuyos valores son divisibles entre tres, por ejemplo, nueve, doce, quince, dieciocho, veintiuno, veinticuatro y veintisiete.
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Si iba por la mañana al café podía tomar entre nueve y cuarenta y dos jarras de cerveza cruda, en este sentido dependía del estado de ánimo, que en la mayoría de los casos era el mismo, como en el resto de sus rutinarias actividades, y por esa misma razón la gran parte de las veces siempre bebía la cantidad máxima.
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Se sentaba encorvado y lánguido, no pronunciaba ni una palabra, solo estaba ahí, solo y aislado como un velero sobre la mar, todos en el café lo conocían, por su ausencia presencial, por rostro inexpresivo y sobre todo porque su imagen taciturna denotaba algún tipo de encuentro oscuro en su interior, en sus adentros, algo funesto pesaba en sus entrañas, algo amargo, como los remedios para los niños.
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Cuando bebía, sin importar el momento, cada vez que iba al café donde servían cerveza cruda, dentro de sus premisas era un hecho que no podía dejar de tomar un mínimo de nueve cervezas, era algo normal y requerido para él, como todo lo demás que lo rodeaba y que él mismo se había encargado de crear así, y bebía de esa forma por que tomar tres cervezas era muy poco para él, mínimo e insignificante, casi insultante para su entrenado paladar, y según sus propias reglas el siguiente número que lo satisface es el nueve, por ello cada vez que iba al café donde servían cerveza cruda lo menos que ingería eran nueve jarras de cerveza cruda a temperatura ambiente.
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6 Los Crucificados que comentan!:

Algo Interesante dijo...

Yo prefiero tomar cafè que tomarme una cerveza.

Anónimo dijo...

Mae eso si es ser un tapis de primera.

Salu2 de MEGAPRIMO.

Mario_ergosum dijo...

¿¡Cuarenta y dos jarras de cerveza cruda!? Wow.

Cada vez resulta más extraño este hombre, ¿qué será lo que sigue?

Saludos...

Conoche dijo...

Mas rica la birra que el café...

El mae del bajo dijo...

que varas que iba a una cafeteria a tomar cerveza, que rica la birra cruda

Anónimo dijo...

Man, really want to know how can you be that smart, lol...great read, thanks.

 
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